martes, 20 de noviembre de 2012

EL DECLIVE DE LA FAMILIA

 En el año 1993 mi padre por fin pudo compra casa propia, se acabó tirar el dinero en un piso de alquiler, quien le diría que esa casa, por la que tanto luchó  sería el fin de la familia.
Todos estaban felices con la nueva casa, nuevo barrio, nuevas ilusiones puestas en ese nuevo hogar, todos menos yo, desde el principio no me gustó el cambio, no se si por alejarme de mis amigas, miedo a lo desconocido o intuición, algo me decía que en esa casa tan grande y bonita no estaría mi felicidad, el paso del tiempo me dio la razón, a los pocos meses de vivir en la nueva casa todo comenzó a empeorar, hay empezó el declive de mi madre seguido del de toda la familia.

Ese año comencé el instituto estaba con las amigas de siempre también hice muchas nuevas, siempre fui muy amigable, tenía amigas en todas partes, aunque pasaba casi toda la tarde encargándome de los niños y la casa siempre sacaba tiempo para estar con ellas, pero la mayoría de las veces iba con mi chico en brazos a mi no me molestaba nunca y mis amigas se acostumbraron a al peque, nos reíamos mucho con las cosas que hacia era muy gracioso y mis amigas se pasaban todo el tiempo Manu haznos esto, haz nos lo otro y el niño estaba encantado rodeado de tantas niñas siendo el centro de atención. En esos tiempos ya salía los fines de semana por la noche, más de una mi padre tenía que ir a buscarme porque el enano lloraba por mi así que tenía que volverme a casa para dormir a mi niño.


En primero de bachillerato fue cuando me hice novia de Paco quien me diría entonces que veinte años después estoy más enamorada de el que el primer día. Lo conocía casi de toda la vida, pues vivía al lado de la casa de mis abuelos, fue novio de una chica de la pandilla, era el típico niño pijo, tonto y chulo, al que yo no soportaba y le hablaba por cumplir, siempre lo vi guapo y atractivo, pero nunca me gustó. Ese año comenzó a gustarle a la que ha sido mi mejor amiga durante casi treinta años, yo le decía "ese niño no me gusta para ti ni para nadie que yo conozca, es un chulito", pero como buena amiga comencé a hablar con el más seguido, siempre diciéndole que mi amiga  era muy buena niña, que estaba loca por el....Así pasamos muchos meses hablando todos los fines de semana, pero el no estaba por ella, me decía que le interesaba otra,pero yo no me enteraba, pero tanto y tanto hablar con el me hizo empezar a conocerle de verdad y ver que esa pinta de chulo era sólo una fachada, cada día me gustaba más, entonces no me daba cuentas y así fueron pasando los meses. El día de mi catorce cumpleaños lo invité junto con otros amigos para ver si mi amiga tenía suerte, bien sabe Dios que por esos tiempos era mi única intención, pero ese día a escondidas mientras bailábamos sevillanas a escondidas me robó un tímido beso con tan mala suerte que mi amiga nos vio, yo no hice nada, pero ella se enfadó conmigo, discutimos una varvaridad y lloramos como si se nos hubiese muerto alguien, en ese momento yo le confesé que sin haberlo pretendido en ningún momento me estaba enamorando de el, ella se enfadó más, así que por no perder a mi amiga intenté apartarme de el, pero fue inútil, lo intenté durante muchos meses pues desde mayo, la fecha de mi cumple no volví a hablar sola con el hasta septiembre, mi amiga se enamoró de otro, por fin yo tenía mi camino libre, podía salir con el sin poner en riesgo mi amistad, así que volvimos a empezar a hablar más y el veinte y dos de octubre de 1994, se me declaró y obviamente le dije que si desde ese momento supe que era el amor de mi vida.Muchas veces me decían mis amigas "el que no te gustaba para mi ni para ninguna que conocieses, ya le viste lo que le veía yo". la verdad es que si le vi tantas cosas que me gustaron que hoy en día me sigue teniendo locamente enamorada. Paco se convirtió en el pilar de mi vida, mi mástil, la persona que me daba fuerzas para seguir cuando todo se derrumbaba a mi alrededor, en muchos momentos no se que hubiese sido de mi, si yo hubiese aguantado todo lo que me deparaba la vida sin tener el apoyo y todo el amor que el brindaba.

   El año 1194 fue el final de mi familia, el final del matrimonio de mis padres y el principio de las locuras y los abusos de mi madre.Fue el principio de todos los problemas, todo lo que había vivido antes se convirtió en una vida color de rosa en comparación con lo que me quedaba por vivir.
Mi madre como la niña ya tenía novio volvió a aficionarse a salir de noche, pues Paco y yo nos quedábamos en casa de niñeros, así que sus únicos intereses eran fumar, tomar café y salir con las amigas, estas salidas cada vez eran más frecuentes, con lo que las discusiones en el matrimonio aumentaban, pues mi padre llegaba a casa de trabajar, ella nunca estaba, la casa sin arreglar su ropa sin preparar...en fin un desorden total. Ella sólo se preocupaba de arreglarse bien guapa, tener dinero para sus gastos y poco más, el matrimonio cada vez se resentía más, al principio mi padre se duchaba e iba a buscarla, pero llego el momento en que el se cansó y salia pero por otro lado, con lo que tanto abandono por parte de su madre hizo que mi padre encontrara consuelo en otros brazos.


Mi padre llevaba el algodón que recogían los camiones de los agricultores a una desmotadora de las Cabezas, allí en la oficina trabajaba ella,Marisol, la relación laboral se fue convirtiendo en una relación de amistad y la amistad se fue convirtiendo en algo más íntimo, el se fue refugiando en ella cada vez más enfriándose con todo esto  la relación del martimonio, las peleas se convirtieron en el pan nuestro de cada día.


Yo estaba estudiando primero de bachillerato, no se aun como saque el curso adelante, en mi casa no había paz ni de noche ni de día, no se de donde sacaba el tiempo para estudiar,era un auténtico infierno el ambiente en que se vivía, cada vez que mi padre salía su llegada a casa se convertía en una odisea, pues mi madre le pedía explicaciones tras sus salidas, estaba claro de donde o con quien venía, se desataba la batalla, comenzaban los insultos las faltas de respeto, los gritos era insoportable. Cada vez que comenzaba una pelea yo intentaba distraer a los niños me encerraba con ellos en una habitación, hecho que a ella la enloquecía, me ponía a contarle cuentos, cantarle canciones, hacía todo lo que estaba en mis manos para que ello no oyesen lo que ocurría, aunque no servía para nada, ella nos sacaba de la habitación, quería que mi padre le diese delante de todos la explicación, recuerdo que me decía que yo le daba la razón y lo defendía porque el era el que tenía el dinero, no se daba cuenta que yo adoraba a los dos, lo único que yo pretendía era ahorrarle a mis niños ese sofocón, todo lo que yo hacía no servía para nada, al final acabábamos todos presenciando aquellas discusiones, como ella lo ofendía, le insultaba, le faltaba al respeto mientras el le pedía por favor que parase con los insultos que no aguantaba más una humillación delante de sus hijos.

   Así transcurría mi vida, entre gritos peleas, no había una noche que se durmiese completa en varios días, pues cuando no había una pelea ella me despertaba para decirme que mi padre no estaba en casa, que iba a buscarlo, a mi me daba miedo dejarla ir sola en ese estado de nervios, así que me levantaba de la cama y la acomapañaba. Al principio dábamos vueltas por Lebrija, al no obtener resultados salíamos a la carretera ; Las Cabezas, Trebeujena, Sanlúcar
Chipiona, pasábamos toda la noche dando vueltas, a veces llegábamos a casi con  el tiempo justo para darme una ducha antes de ir a clases, luego luchaba durante todo el día para mantener mis ojos abiertos, me costaba la misma vida mantenerme despierte durante todo el día. Las únicas distracciones que yo tenía eran los ratos que pasaba en el recreo con mis amigas, me preguntaban que me ocurría, porque tenía tan mala cara, con algunas me desahogaba, pero era con mi novio con quien me venía abajo, el único que sabía todo lo que ocurría pues más de una cosa las presenciaba, así eran todos los días, pero en esos años ocurrió un hecho que me marcó en la vida. Era un viernes por la noche mi madre estaba en casa, pero mi padre no aparecía  entonces nos fuimos a dormir, en medio de la noche me desperté sobresaltada, había tenido una pesadilla, soñé que mi padre había tenido un accidente de tráfico, me levante de la cama me fui hacia la habitación de mis padres y le dije a ella "Mama no esperes hoy a mi padre, que esta noche no llegará a el no le ha pasado nada, pero el coche lo ha destrozado" no dormimos el resto de la noche, pasó todo el día del sábado sin noticias, el domingo por la noche mi padre llegó por fin a casa, cuando lo vi entrar no traía ni un rasguño y recuerdo que le dije "te has cargado el coche nuevo, verdad?" a el se le llenaron los ojos de lágrimas, había pasado todo el fin de semana en el hospital, había chocado con otro coche en la carretera de Jerez, viniendo de vuelta de la feria del Puerto de Sta Mª, del coche no quedo casi nada, no hubo que lamentar daños físicos, el coche era nuevo, un Audi A4 nuevo, que fue repuesto al estar asegurado a todo riesgo, así que todo quedó en un mal sueño, un mal sueño que se había convertido en realidad, a lo largo de mi vida he tenido varios sueños de ese tipo, "sueños premonitorios·, llamemos les intuición femenina, no se por que ni a que se deberán, pero me han anunciado diferentes acontecimientos fuertes en mi vida.

El accidente de mi padre destapó  que tenía una relación extra matrimonial, ya que ella viajaba con el en eso momentos ,fue cuando mi madre se dio cuenta de que estaba perdiendo a su hombre, pero en vez de reaccionar y luchar por el hombre que decía amar más que a su vida se volvió más rebelde lo único que le importaba en la vida era salir de fiesta, liarse la a mi padre en sitios públicos, era una auténtica batalla campal lo que se vivía en mi familia, yo recuerdo que coincidía con ellas en bares y me tenía que marcharme avergonzada, no sabía como llamar la atención hasta que encontró un modo, el chantaje emocional.

   Mi madre descubrió que para retener a mi padre y conseguir lo que ella quería no había nada mejor que amenazar con tomarse un bote de somníferos, cuando las amenazas ya no funcionaban, pasó a la acción, cada vez que no se salía con la suya y mi padre se marchaba cogía y se tomaba un bote de pastillas; esas escenas las tengo grabadas en mi mente como mi niño chico venia a buscarme llorando diciéndome "Mama se a tomado un bote de pastillas y esta echando espuma por la boca" efectivamente es lo que estáis pensando, se tomaba el bote de tramsilum delante de mi hermano pequeño que tenía unos 4 añitos,yo tenía que llamar a la ambulancia como una loca y dejar a los niños con mi tía que por esos tiempos vivía al lado mía, yo me tenía que montar en la ambulancia, acompañarla al hospital de Sevilla, allí le hacían un lavado de estómago, la tenían en observación unas horas y era evaluada por el psiquiatra, esto episodios se repitieron varias veces, durante varios años. Uno de los peores fue tras una discursión con mi padre, mi padre por no seguir discutiendo se fue y la dejó con la palabra en la boca, hecho que la enfureció y ni corta ni perezosa se tiró rodando por las escaleras, se levantó toda llena de moretones y cuando ya estábamos todos más tranquilos la señora había vuelto a tomarse otra sobre dosis de somníferos, esta vez lo había planeado bien, juro por dios que cuando íbamos en la UCI móvil , que el médico me gritaba que le diera tortas en la cara para que se despertase, yo pensaba:"Dios le doy para que se espabile o la dejo que se muera ya de una vez y nos deje tranquilos" .Se que suena muy duro por mi parte,pero me tenía agotada con tantos intentos de llamar la atención, porque estaba claro que nunca tuvo intención de quitarse la vida, o lo habría hecho cuando estuviese sola en casa y sin avisar a nadie al momento de tomarse las.Pues esta vez llevaba un plan es su mente, una vez le habían hecho el lavado de estómago...tenía la evaluación del psiquiatra y la muy cínica le dijo que se había tomado las pastillas porque mi padre le había pegado y tirado por las escaleras, gracias a Dios la psiquiatra al ver los antecedentes de mi madre pidió hablar conmigo, me preguntó que había pasado, yo le conté lo que había ocurrido de verdad que ella al ver que mi padre se iba y no le hacía caso ella se tiró sola por las escaleras, que jamás vi a mi padre levantarle la mano ni insultarla, ni faltar le al respeto al contrario que ella que siempre lo hacía, entonces la psiquiatra decidió hacer un careo y se dio cuenta perfectamente que mi madre lo había planeado para perjudicar a mi padre; Mi padre hubiese dormido en la cárcel si yo no hubiese visto lo que de verdad había ocurrido. Así planeaba ella las cosas con mucha sangre fría para perjudicar a mi padre, no se daba cuenta el daño que nos hacía. Estos episodios se repitieron muchísimas veces, cada vez que se presentaba un problema por pequeño que fuese su solución era tomarse el bote de pastillas, así pasamos más de un año de casa al hospital y viceversa, tuve que dejar el instituto en segundo de Bachillerato porque era imposible que yo sacase los estudios adelante con el infierno que había en casa.Todo siguió así durante un tiempo, hasta que mi padre definitivamente se fue de la casa, hecho que que hizo crecer su rebeldía. Yo estaba tan cansada de las amenazas de tomar pastillas, tan cansada de viajes en una ambulancia, de ver a mis hermanos llorando desconsolados, nunca se me olvidará a mi hermano el mayor que se daba chocazos en la escalera y me decía "porque, niña porque nos hace esto mama"que yo dije basta esto se acabo, así que la próxima vez que me amenzazó le planté cara y le dije"Toma dos botes de pastillas, tomate las todas, pero cuando yo hay salido de casa con los niños, mañana pediré al tito o alguien que venga a verificar si estas muerta, si te quieres matar hazlo ya". Cogí a mis tres hermanos y me los lleve a pasar el día en casa de mi abuela , pero no le dije nada nadie, yo sabía que no iba a hacer nada, efectivamente cuando llegue a casa ella estaba tan tranquila, las pastillas cerradas, no hizo nada porque su intención nunca ha sido quitarse la vida, sino llamar la atención, cuando vio que ya no funcionaba se dio por vencida y no volvería a intentarlo hasta muchos años atrás.

Como os he comentado yo había dejado los estudios, pero los quería retomar, pues quería se alguien en la vida, tener una formación, unos estudios; así que tras pedírselo a mi padre por activa y por pasiva conseguí que me matriculasen para el siguiente curso en un colegio privado de religiosas; fue mi escapatoria, ahora reconozco que fui un poco egoísta, cobarde, dejé a mis hermanos a su suerte y me marché al colegio interna, sólo quería estudiar, labrarme mi futuro, sabía que quedándome en casa no lo lograría, así que en septiembre me marché a estudiar  a Jerez de la Frontera al colegio Monte Alto, también llamado el Perpetuo Socorro, fue mi salvación haciendo honor a su nombre, fue la luz al final del túnel, me socorrieron; encontré una familia, todo lo que necesitaba para fortalecerme y soportar todo lo que me vendría en un futuro.

En el colegio Monte Alto yo me matriculé como interna, con lo cual yo entraba al colegio el lunes por la mañana y no salía de allí hasta el viernes después de clases, así que pasaba toda la semana fuera de casa, concentrada en mi nueva vida, estudios, tareas, oraciones y convivencia con mis nuevas compañeras, que se convirtieron en una gran familia. Los días pasaban rápidos, allí no me aburría, pasaba el día estudiando compartiendo aventuras con mi nueva familia.  Las chicas y yo hicimos una piña, en el colegio había dos grupos los externos, aquellos que volvían a casa todos los días y nosotras, las internas, las que pasábamos allí todo el día, nos creíamos las dueñas del colegio, todos nos temían, pues las hermanas siempre nos defendían al convivir con nosotros, nos apoyaba y nos daban la razón siempre; el cariño era mutuo, pero nosotras sabíamos como usarlo a nuestro favor, hacíamos muchas gamberradas, de las que siempre salíamos bien libradas, parecía que había vuelto a mi infancia, me lo pasaba en grande siempre estábamos ideando que hacer, teníamos que buscar en que divertirnos, ya que estábamos encerradas todo el día, fue una de las mejores épocas de mi vida.Una de las anécdotas que más recuerdo fue un día que nos encerramos en el baño del comedor con todos los extintores que teníamos cerca y los vaciamos uno por uno encima de nosotras, cuando salíamos del baños parecía que veníamos de otra galaxia todas cubiertas de blanco, pasamos limpiando media tarde todo a escondidas de las hermanas, para que no descubriesen la que habíamos liado, con tan mala suerte de que poco tiempo después salió ardiendo la cocina del colegio, las pobres monjas se preguntaba como estaban los extintores vacíos, si hacía poco tiempo que habían pasado su revisión, nunca supieron que fue obra de los angelitos con los que convivían, gracias a Dios no hubo que lamentar daños personales. 

   Otra anécdota aunque no tan divertida fue cuando entraron a robar en el colegio, la habitación donde dormíamos la hicieron en un sótano, con lo que las ventanas daban a ras del suelo, dormíamos todas las internas juntas, dentro de la misma habitación había una más pequeña donde dormía la hermana que nos cuidaba por las noches.todos los días esperábamos con ansias que la hermana Mª Fe, así se llamaba, se quedase dormida, para sacar la cabeza por las ventanas y ponernos a fumar, pues allí no nos dejaban, esa noche cuando estábamos fumando una de mis compañeras, que siempre estaba bromeando comenzó a gritar diciendo que había visto a unos hombres, ninguna le hicimos caso, pues creíamos que era una más de sus tonterías,yo dormía en una de las literas de arriba, en mi hilera habían cuatro pares de literas, por lo que mi cabecero daba justo en los barrotes de hierro de la ventana, no podéis imaginaros el susto que nos llevamos cuando sentimos el ruido de algo  que pasaban a través de los barrotes, era una linterna, recuerdo que salté de la litera como la que salta a una piscina de cabeza, el pánico se hizo dueño de todas nosotras, no parábamos de gritar, mientras sentíamos las pisadas en el suelo y las luces de las linternas de los ladrones y para colmo la hermana nos decía " ya me vais a dar la noche, o se calláis o salgo y os castigo" y nosotras le gritábamos:" pero salga de una vez por Dios, que han entrado unos hombres" en cuestión de minutos todas las hermanas que vivían con nosotras ataviadas de palos de fregona salieron al patio del colegio, lideradas por la madre superiora, una mujer muy bajita, pero de armas tomar, la Madre Mª Altamira, al rato llegó la policía con perros, registrando todo el edificio, nosotras podíamos sentir como corrían en nuestro techo, los pasos de los policías, los ladridos de los perros, en todo momento encerradas, no nos abrieron la puerta ni por un sólo momento, teníamos tanto miedo que nos acostamos en las camas de ochenta de tres en tres, no pegamos ojo en toda la noche, por supuesto nunca los cogieron, pasaron varias noches hasta que nos atrevimos a volver a fumar en las ventanas.

Así transcurría mi vida de lunes a viernes en el colegio y el fin de semana en casa, bien sabe Dios que las únicas razones que tenía para ir a casa cada semana eran mis niños y mi novio, las ganas de verlos a ellos me daban fuerzas para enfrentarme a ella todas las semanas, recuerdo que cada viernes antes de entrar a la casa me presinaba y decía: "Dios dame fuerzas para aguantarlo". La casa era un caos cada vez que llegaba, me pasaba la mayor parte del fin de semana .limpiando, organizando la casa, tenía poco tiempo libre para estar con mi novio, por lo que discutíamos muchos fines de semana, pero las peores discusiones eran con ella mi madre, yo nunca me callaba, siempre le reclamaba lo descuidada que tenía la casa, no la soportaba, pero cada vez ella iba a peor, cuando yo pensaba que nada podía empeorar ella siempre metía la pata.Ella se ponía feliz cada vez que yo llegaba, pues ya podía irse a la calle feliz, pues ya tenía niñera para de que los niños y la casa se ocupara, fue una de sus peores épocas, nada le preocupaba, excepto ella. Uno de esos fines de semana tal como yo llegué el viernes ella se fue de marcha, pase un infierno ese fin de semana, pues no apareció hasta el lunes por la mañana, entonces no había tantos móviles, no tenía como localizarla, pase todo el fin de semana en vela, por las calles buscándola, mis hermanos me preguntaban donde estaba, pero yo no sabía nada. Era ya lunes por la mañana faltaban minutos para que saliese el autobús que hasta el colegio me llevaba, pero como marcharme y dejar a los niños solos si de ella no sabíamos nada, así que fui a casa de mi tía y le dije lo que pasaba, recuerdo que me regaño por no haber dicho nada antes, pero yo por esos tiempos aún la tapaba, algo de lo que hoy en día me arrepiento, de haber escondido todas las que nos hacía, por miedo, por no dar disgustos a la familia, que se yo; lo cierto es que la tapaba. La mañana del lunes poco después de que yo avisara a mi tía ella apareció tan campante, que es lo que pasaba cuando descubrió que yo había dicho a mi tía lo que pasaba me dio una tremenda bofetada por chismosa, en vez de comprender lo asustada que yo estaba, el disgusto que me había dado después de tres días sin saber de ella nada lo único que le preocupó es que la familia de mi padre estaría enterada. Este no fue el único episodio en el que desapareció todo el fin de semana, fue el primero de muchos, en los que desparecía un viernes y no daba señales de vida hasta el domingo por la noche o el lunes por la mañana, años después supimos que es lo que hacía esos fines de semana.



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