jueves, 29 de noviembre de 2012

LA VIDA SIN PAPA

La vida tras la marcha de mi padre dio un giro de ciento ochenta grados, ella se vio libre no tenía que dar explicaciones a nadie, salía y entraba cuando le daba la gana, estaba a la deriva, pero no sólo ella; toda la familia estaba perdida. Mi padre se fue a vivir a Sevilla con Marisol, yo me fui a Jerez; ambos fuimos cobardes, dejamos a mis hermanos a manos de mi madre; hecho que aún no me he perdonado y pienso que mis hermanos tampoco lo han hecho,  que les decepcioné al marcharme; los dejé a espensas de una mujer totalmente ida. Mis niños se quedaron totalmente abandonados, pues por mucho yo quería poner orden los fines de semana no me llegaban los días, no me daba tiempo de organizar, limpiar, lavar la ropa ...que era la hora de irme. Durante esos años ella aún nos tenía la cabeza comida, todos culpábamos a mi padre por haberse echado una querida; el era el malo de la película y ella la martir la pobre mujer engañada, despechada de la vida; que engañados nos tenía.
  
  En la casa los problemas aumentaban día a día, la falta de disciplina, limpieza organización, la falta económica, algo que era increíble viendo el nivel de vida que mi padre tenía. el dinero en casa no se veía, no nos comparaba ropa. no nos llevaba ni al dentista, hasta el punto de cortarnos el suministro de agua o de luz.  Cada vez que algo ocurría en la casa mi madre llamaba llorando desconsolada al internado, me sacaba de clases pidiendo hablar conmigo por un problema grave, llegó a sacarme hasta de éxamenes, hasta que las monjas de dieron cuenta de  lo que había; a partir de ahí le decían que no podían comunicarla conmigo, luego en los descansos la Madre superiora me llamaba y me decía ha vuelto a llamar tu madre, pero no he considerado oportuno sacarte de clases, lo único que quiere es que le soluciones las cosas cotidianas de la casa y consideramos que es lo bastante adulta para arreglarlos ella, que aprenda a vivir sin ti Rocío. La Madre Mª Altamira se convirtió en una madre para mi, era mi luz, mi consuelo, yo entraba a su despacho hundida y salía de allí dando gracias a la vida, era una mujer capaz de hacerte ver el lado positivo del mayor problema que se te presentase en la vida, me dio fuerzas, educación, saber estar y pos supuesto mucho cariño y mucho amor maternal, algo que yo pedía a gritos. Me sirvió de consuelo, era mi pañuelo de lágrimas el pecho en el que yo me podía desahogar totalmente, a ella si podía contarle todos los problemas en realidad, la verdad de todo lo que ocurría.

Mi padre por aquellos años (hace más de 20) pasaba una manutención a mi madre de doscientas cincuenta mil pesetas, unos mil quinientos euros, trescientos por cada hijo y otros trescientos para ella. Ese dinero era para comida, ropa, educación... dinero creo que más que suficiente para vivir bien en esa época, a parte el pagaba hipoteca, mi colegio privado y otros extras. Cada vez que nos cortaban la luz o el agua ella me llamaba desconsolada para que yo lo solucionase, yo tenía que hacerme cargo del problema venirme de Jerez a casa, llamar a mi padre y contarle el problema, mi padre entraba en cólera cada vez que yo le llamaba y le decía que nos habían cortado la luz, o el agua o lo que fuera, me decía "que coño hace tu madre con el dinero, que vergüenza, que mis hijos tengan que pasar necesidades con el dinero que yo le doy cada vez que pide, esto es increíble; que se gaste mil quinientos os dos mil euros en dos semanas, no os compra ropa, os compra lo mínimo en comida y encima os cortan la luz; chiquilla en está tu madre metida"No supimos en lo que estaba metida hasta varios años después.  Mi padre tenía que venirse corriendo de Sevilla y acompañarme a pagar el la luz, el agua, o solucionar el lió en que mi madre nos hubiese metido esa vez. Esto se repetía a menudo hasta el punto que mi padre quedaba con nosotros en Sevilla para comprarnos lo que necesitásemos para no darle más dinero a ella, pero seguía dándole la misma manutención. Mi madre siempre iba contando la misma historia a todo el mundo que mi padre no le daba dinero, que no tenía un coche en condiciones para llevarnos al hospital si nos enfermábamos.... así que mi padre le compró un coche nuevo de segunda mano, un Renault 21 semi nuevo,el coche le duró un mes como mucho, pues en una de sus salidas de fines de semana de escapada la señora volcó el coche. una vez más desapareció el viernes por la noche y apareció el lunes por la mañana llena de moretones, nos dijo que había tenido un accidente y que había pasado todo el fin de en el hospital de Puerto Real ingresada, años después supimos porque fue ese accidente.Los rumores nos llegaban acerca de mi madre, pero estábamos tan ciegos con ella que no le dábamos crédito a las habladurías de la gente; que incrédulos eramos.

  Mi madre comenzó una relación con un hombre que pertenecía a una de las familias de traficantes de droga más importantes de Lebrija, en esta familia había concretamente dos o tres hermanos que se dedicaba de lleno al oscuro mundo de las drogas, mi madre estaba saliendo con uno de ellos. Hubo un secuestro a mano armada, que salió en todos los periódicos de la provincia en el que este clan estaba implicado, así que la policía hizo una redada y mi madre volcó el coche dándose a la fuga para que no lo atrapasen a el, así se cargó el coche nuevo en un mes y poco, ahí iba el dinero que a nosotros nos quitaba ; a financiar las operaciones de ellos en un primer momento y a mantenerlo en la cárcel después cuando la policía lo cogió, podéis creer que como en un matrimonio el cornudo es el último que se entera de que su pareja es infiel, nosotros fuimos los últimos que nos enteramos en lo que mi madre estaba metida, parece un thriller, pero es tan real como la vida misma.

Mi familia estaba metida en un mundo de drogas, atracos, secuestro a mano armada, ajustes de cuentas todo lo que conlleva mezclarse con gente que pertenece a ese submundo, yo alucinaba con los comentarios que hacía la gente por la calle, no daba crédito a todo lo que la gente murmuraba, me daba vergüenza salir por la calle, estábamos en boca de toda la gente,era de película las cosas que hablaban , pero era la realidad, mi madre estaba metida de lleno en ese mundo. ella nos decía que eran habladurías de la gente que los conocía, pero que todo lo demás era mentira. Estábamos tan ciegos con ella que hacíamos caso omiso a todo lo que nos decían, hasta que un día al sacar el correo del buzón veo una carta que viene del centro penitenciario Puerto -1, cuando leí el remitente me dio un ataca de nervios, así que escondí la carta y llamé a Paco para que me recogiese, nos montamos en la  moto y nos alejamos de mi casa, cual sería mi sorpresa cuando leo que la carta la escribía la psicóloga de la cárcel , dirigida a mi madre, en la carta le decía;palabras más, palabras menos; "tras la conversación telefónica que he mantenido con la señora.... le pido que me traiga el libro de familia para poder autorizar las visitas conyugales entre usted y el reo...más adelante autorizaré la visita de los cuatro hijos que tiene en común usted y el señor... una vez hayamos comprobado legalmente que es su pareja y los niños son hijos en común, ya os podéis imaginar lo que a mi me entró en el cuerpo cuando descubro; no sólo que era verdad todo lo que la gente decía, sino que le había dicho a la psicóloga que mis hermanos y yo éramos hijos de ese hombre.Le había inventado toda una historia para poder ver al traficante a solas.Esa carta fue un chorro de agua fía para mi, hay me di cuenta de la clase de madre que tenía, capaz de usar a sus propios hijos para conseguir pasar un rato con el hombre al que ella quería.

Pasaron varias hasta que volvía a casa, tuve que digerir toda la información que había obtenido de una simple carta, mi mundo se había derrumbado. Mi relación con ella cambió a partir de ese momento,ya nunca fue la misma. Por ese tiempo yo estaba cursando ya tercero de bachillerato con muchas horas de esfuerzo y pérdida de horas de sueño conseguí sacar los cursos con muy buenas calificaciones, obviamente me ayuda mucho el hecho de estar fuera de casa durante la semana, pues el remanso de paz que había en el internado era el ambiente adecuado para concentrarme solamente en mis estudios. Eran las vacaciones de Navidad me iba  a casa para las vacaciones,  iba feliz pues pasaría varios días con Paco, mis hermanos, mi padre, la familia en general. Uno de los primeros día de las vacaciones, casi recién llegada, me fui al club que tenía con mis amigas, donde hacíamos las fiestas en navidad, estuve allí varias hora, pero me tuve que ir a casa porque me vino la menstruación, cuanto este detalle para que veáis el alcance de su maldad; Me fui a casa darme una ducha, estaba buscando un pijama y no tenía ninguno, porque en vez de lavar la ropa manchaba toda la que había y cuando terminaba con la suya usaba la mía, así que con el mal estar que tenía y la rabia acumulada por el recuerdo de la carta y todo el rencor que le tenía empecé a gritarle como una loca que si no le daba vergüenza que no tuviera la casa en condiciones, ni ropa limpia ni las compras hechas que estaba harta de que descuidase a mis hermanos y la casa para estar pendiente de "un traficante de mierda"fueron las palabras que le dije, le sol´te todo lo que puede y me fui a la ducha, ya estaba metida en el agua cuando entró hecha una furia y me dio una paliza de muerte con una percha de esas de plástico duro, me dejo llenita de señales, me dolía todo el cuerpo, pues a parte del dolor de ovarios y el malestar general que da la menstruación me dejó  hecha un cristo, fue la primera paliza y la última que me dio, aunque lo intento en otras ocasiones, pero yo no me volví a dejar, se encarnizó conmigo, así que cuando terminó seguí con mi ducha salí me vestí y preparé una maleta, llame a Paco para que me recogiese corriendo, mis hermanos no estaban en casa, estábamos solas, aprovechó muy bien, supo cuando me daba, pues mis hermanos no se lo hubiesen permitido. Paco llegó a recogerme y cuando me iba me dijo "si te vas no entras más", no le contesté simplemente cogí la maleta y me marché, no tenía ni idea donde me iba a quedar, pero estaba segura que no iba a pasar una noche más cerca de ella. Me fui a casa de mi suegra que me puso agua oxigenada en las heridas, me preparo una tila y me consoló incluso me invitó a quedarme en su casa, pero yo preferí irme a casa de mi abuela, que obviamente cundo se lo conté me dijo que me quedara con ella y mi tía(la que quedaba soltera, en esos años). Pasó casi un año hasta que volví a verla, pues aprovechaba que ella no estuviese en casa para recoger los libros y ropa que iban haciendo falta, pero pasó un acontecimiento en mi vida que me hizo volver a a tener que aceptarla casi a la fuerza.









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