viernes, 16 de noviembre de 2012

MIS PRIMEROS AÑOS

   Hola amigos,
  Voy a compartir con ustedes la Historia de mi Vida, es algo que necesito sacar de mi corazón, desahogarme y si puede servir de ayuda a cualquier persona que este pasando por algo parecido a lo que yo viví; una infancia robada, una madurez temprana,lágrimas, maltrato,pero también mucho amor.

   Tengo una buena memoria por lo que mis primero recuerdos son de cuando tenía tan sólo tres años, me acuerdo perfectamente del nacimiento de mi hermano mayor,Juan. Mi papa me llevo a recogerlo del hospital, en un Seat Mini rojo, tengo en mi cabeza hasta la ropa que  llevaba, el dibujo de elefantitos del neceser donde llevábamos la ropa del bebe. La primera vez que vi a mi niño fue en la habitación del hospital,pues la matrona era tía de mi madre y aunque una niña de tres años no podía entrar, recuerdo perfectamente que ella me metió.


Ese es el primer recuerdo nítido que viene a mi cabeza, nunca podré olvidarlo, es un recuerdo muy hermoso,muy distinto al segundo recuerdo que viene a mi mente, a raíz de ese momento, a esa edad tan precoz empieza mi cambio de niña a mujer.

    El segundo pensamiento que viene a mi cabeza es muy difícil de narrar, lo tengo tan claro en mi mente como el recuerdo del nacimiento de mi Juan, una noche bien entrada la madrugada,me despertó el llanto del niño, cuando entré en la habitación vi a mi madre con un hombre en la cama, es algo que jamas podré olvidar,nunca se lo conté a nadie, ni siquiera a mi padre, el estaba fuera trabajando, no hace muchos años me armé de valor soltándoselo a ella, nunca lo acepto, me dijo que eran imaginaciones mías, la verdad no lo se, pero igual que no imaginé el nacimiento de mi hermano, dudo mucho que este recuerdo tan claro sea producto de mi imaginación.

Los años siguientes transcurren con más o menos tranquilidad, muchas mudanzas por el trabajo de mi padre,viví en distintas ciudades de Andalucía, incluso recuerdo una época en la que mi padre contruyó en la caja de un camión una hamburguesería ambulante, en la que viajábamos de parque en parque de atracciones, recuerdo muchas estancias en el Tivoli de Málaga, teníamos un pequeño chimpancé de mascota,fueron unos buenos años. Como veis mi padre siempre se buscó la vida, a pesar de venir de una familia adinerada,nunca le dieron nada, el sólo se ganó el pan de sus hijos y gracias a su lucha nunca nos faltó nada y hoy en día es un empresario que cuenta con una importante flota de camiones y aún en estos tiempos de crisis puede darles un buen sueldo y buen puesto de trabajo a mis tres hermanos mayores.


 Estuvimos viajando sin residencia fija durante algunos años,hasta que mi padre encontró un poco de estabilidad en su trabajo en la ciudad de Chiclana, Cádiz. Esta época coincide con el nacimiento de mi segundo hermano, Cristóbal en el año 85,ya en estos años mis recuerdos son mucho más claros,no se me olvidará nunca cuando trajeron a mi gordito del hospital de Cádiz,los celos que le tenía Juan, ni tampoco se me olvida como mi madre evadía sus responsabilidades como madre cargándole todo el trabajo de la casa y el cuidado de los niños a su hermana mayor, mi tía  Conchi

En esos años se veía ya claramente que la casa,los bebes y las responsabilidades no estaban hechas para mi mama,pero estos años fueron una de sus épocas más tranquilas, transcurrieron con relativa normalidad a excepción de que mi tía tenía que estar siempre con nosotros porque a ella no le gustaban las cosas del hogar.


Pasaron los años, mi padre comenzó a tener una estabilidad económica así que decidieron mudarse a Lebrija, ciudad de origen de mi padre, donde vivía mi familia paterna, a tan sólo a diez minutos del pueblo de origen de mi madre, Las Cabezas.En esta época ya no requería la ayuda de mi tía,pues con tan sólo ocho años ella me consideraba lo bastante responsable para cuidar de mis dos hermanos y hacer las labores del hogar, mi padre estaba siempre fuera, trabajaba duro para darle el nivel de vida que ella exigía, el se marchaba el domingo por la noche de casa de viaje con el camión y regresaba los viernes casi de madrugada, nunca se me olvidará la pregunta que me hacía cada vez que llegaba: "menu donde está mama" yo le contestaba se fue a la discoteca, entonces el entraba en cólera con toda la razón,pero no servía de nada,pues esto se repetía cada semana.

Ahora con la distancia de los años cada vez que lo recuerdo pienso en la suerte que tuvo ella y nosotros,pues tan sólo era una niña de ocho años a cargo un niño de cinco y otro de dos,en esos tiempos no estaban las trabajadoras sociales tan pendiente de asuntos como este, tampoco nadie la denunció, ella se iba muy tranquila diciendo que yo era muy responsable, pero tan sólo era una niña, como habría reaccionado frente a un incendio o cualquier otro accidente doméstico, parece que Dios siempre estuvo con nosotros.


Todas estas discusiones hacían mella en la pareja, pero la enfermedad de cáncer de mi abuelo materno la devolvió de nuevo a una época de letargo.

Semanas antes de que los médicos le diagnosticaran cáncer a mi abuelo, le tocaron cinco millones de pesetas en el cupón de la O.N.C.E. recuerdo perfectamente como corríamos por las calles de las Cabezas mis tres tías y yo en pijama, pues hace veinticinco años era un buen dinerito fue uno de los momentos más felices de mi infancia, recorrimos en pijama saltanto todas las calles del pueblo durante toda la noche, pero la dicha duró un suspiró, pues un par de semanas despúes le detectaron la enfermedad, en esa época no tan conocida como ahora, la mayor parte del premio se gastó en el hospital de Sevilla el Pabellón Vasco, que esos tiempos era privado y especializado en esa rara,poco conocida y cruel enfermedad, con la esperanza de que al ser de categoría se curaría, sólo consiguieron alargar su agonía durante nueve meses, poco antes de su fallecimiento mi madre quedo embarazada de mi tercer hermano, por entonces yo ya tenía doce años.

La muerte de mi abuelo marcó la vida de mi madre, cayó en una profunda depresión,no le importábamos ninguno, ni su embarazo, se pasaba el día en la cama llorando, totalmente ida, el nacimiento de mi hermano Manuel no hizo que reaccionara, no quería al bebe, mi padre y yo nos turnábamos para mecerle en la cuna, lloraba toda la noche y el día, tenía alergia a la lactosa y al gluten,pero fueron muchas noches en vela hasta que los médicos lo descubrieran.

A mis doce años de edad tuve una de las experiencias que hoy en día sigue siendo una de las peores de mi vida, mi Manu, así lo llamamos, tenía tan sólo unas tres semanas, yo le estaba dando el baño antes de la comida,pero el niño estaba ansioso e inspiro por la nariz el jabón, obstruyéndosele  las vías respiratorias quedándose muerto, se puso morado, no respiraba, crei k iba a morirme del miedo, mi madre lloraba,pero no hacía nada, gracias a Dios mi padre supo reaccionar, comenzó a succionar con su boca la nariz del niño depejándosela, dejando así que le entrase el aire, cuando llegamos a urgencias los médicos nos dijeron que mi padre le había salvado la vida, este hecho me marcó. En ese momento comprendí que había pasado el tiempo de jugar con muñecas para mi, pues ahora tenía en mis brazos a un bebe de verdad.





No hay comentarios:

Publicar un comentario