viernes, 15 de mayo de 2020

Mi adicción a la morfina

He pasado cuatro años siendo una auténtica adicta a la morfina. Yo había tomado en varios momentos morfina en pastillas para el dolor, cuando mejoraba era capaz de dejarla, pero mi perdición fue que me la mandaran inyectada, maldita se la hora en la que me la recetaron por primera vez. Yo tenía miedo a las agujas, pero durante tantos años de hospital se lo perdí hasta el punto de inyectar me yo misma. Poco a poco me fui apagando,me convertí en un saco de carne tirada en el sofá, Paco y yo empezamos a discutir yo deje de ser persona, la mayoría de los días no podía ni levantarme, tenía mi casa abandonada, algo que Paco no soportaba, pero siempre fue con su ropa limpia y tenía su plato de comida así me estuviera muriendo. El sufría también de ver el guiñapo en que me había convertido, me pedía que la dejara, pero sola no podía, mi doctora que tenía en ese momento, la Dra. Sandra me recomendó ir al centro de tratamiento de adiciones, con la que estaré agradecida toda mi mi vida. La directora del centro me aconsejó ingresar en un hospital donde había un área especializada en adiciones.Me puse en lista de espera, pero ya sabemos como son en la seguridad social. Tardaba, tardaba y tardaba mientras la vida se me iba, las discursiones con Paco se sucedían, el también se convirtió en otra persona, pienso que de lo amargado que estaba. Recuerdo llorar diciéndole que yo quería a mi Paco del que yo me había enamorado. El tiempo seguía pasando y llegó el año 2019,el peor año de mi vida tanto físico como emocionalmente.
Empecé el año con una infección por una inyección que se me había encapsulado por la que tuve que pasar por quirofano y me supuso estar en reposo hasta que la herida se cerró, con lo que mi madre(Que se convirtió en mi cuidadora oficial y poco a poco se convirtió en mi todo) tuvo que venirse a cuidarme, algo que perjudicó aún más a nuestra intimidad(no por culpa de ella, la que se desvivia por mi) cuando me recupere, no
pasaron 2 meses que me partí la pierna lo que conllevó a la vuelta de mi madre, pobre, a cuidarme otra vez. Tras salir de eso cogí una neumonia con lo cual reposo otra vez al ser mal curada al tiempo cogí infección en el pulmón, por la que me hospitalization. Para que os hagáis una idea del año que pasamos y el daño que hizo a nuestra relación. Me dieron el alta un lunes y por fin me llamaron del centro en el que ingresè al día siguiente, era el mes de Abril.
En el centro las primeras noches yo no se como lo soporte las 4 primeras decía que me iría cuando llegase el día, pero llegaba el doctor Ricardo, maravilloso profesional y personalmente, me tranquilizaba y le prometía que otra noche más, hasta que la cosa fue cbiando gracias a Dios, deje de pedir morfina al décimo día, ni el doctor ni los enfermeros daban un duro por mi, pero lo conseguí con un par de ovarios. Me dieron el alta a los 15 días, después de estar aislada, sin teléfono sin hablar con mi seres queridos. Apareció Paco a recogerme cuando me acerque a abrazarlo le dije estoy limpia mi amor, el lloraba dándome besos y abrazos incluso hicimos emocionarse a las enfermeras que también lloraban, decían que bonito amor. Pero la morfina dejó huella en mi vida


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